Se trata de un centro asistencial que cuenta con áreas de internación (146 camas en el proyecto original), áreas de consulta externa, block quirúrgico, administración, farmacia, servicios generales y áreas de policlínica.
El edificio se implanta en un terreno en forma de L, posee un amplio frente sobre 8 de Octubre, mientras que el frente sobre Av. Italia es estrecho. El proyecto se desarrolla en dos bloques, uno alto de 6 pisos, ubicado perpendicular a 8 de Octubre, que vincula esta Av. con Av. Italia, y otro más bajo, de dos niveles, paralelo a Av. 8 de octubre.
Si analizamos la obra desde el punto de vista formal, se observa que plantea cierta independencia de las condicionantes funcionales que plantea este tipo de programa, complejo y riguroso.
El volumen principal llega a materializarse facetado, tratado como una escultura a escala urbana. Si bien vemos claramente la influencia de un racionalismo nacional, con claros antecedentes en la obra de Lorente Escudero, o de Paysée Reyes, los arquitectos logran suavizarlo por medio de un juego de curvas, que el ladrillo acompaña perfectamente, incorporando color y textura.
Los arquitectos propones reiteradamente llenos y vacíos, incorporando terrazas y logias que provocan un efecto un juego de luces y sombras muy interesante, y minuciosamente cuidado.
El tratamiento de la azotea, y de los volúmenes superiores de tanque de agua y sala de máquinas demuestran el mismo cuidado formal. Se concibe la arquitectura como una obra de arte total. Esta premisa proyectual conlleva a una imagen final sumamente expresiva y coherente.