El concurso
La temática abordada es la de los concursos de arquitectura, teniendo como objeto de estudio los proyectos vencedores de los concursos en el Uruguay de los últimos 100 años (1914-2015).
CONCURSO (Del lat. concursus).
- m. concurrencia (conjunto de personas).
- m. Reunión simultánea de sucesos, circunstancias o cosas diferentes.
- m. Asistencia, participación, colaboración.
- m. Oposición que por medio de ejercicios científicos, artísticos o literarios, o alegando méritos, se hace a prebendas, cátedras, etc.
- m. Competencia entre quienes aspiran a encargarse de ejecutar una obra o prestar un servicio bajo determinadas condiciones, a fin de elegir la propuesta que ofrezca mayores ventajas.
- m. Competición, prueba entre varios candidatos para conseguir un premio
Fuente: Diccionario de la Real Academia Española (RAE, 2015)
El concurso es un mecanismo que data de más de 1000 años de historia. No obstante, es, hasta hoy, aunque con sus imperfecciones, el modelo más desarrollado y democrático de producir arquitectura, en cuanto a lo que refiere a la adjudicación de un encargo, así como también respecto a las garantías que ofrece la decisión de un jurado idóneo que lo elige.
Si realizamos el ejercicio de delinear una genealogía del concurso, nos encontramos con muchos ejemplos que han jalonado la historia de la arquitectura, tales como: Domo de Santa María del Fiore de Filippo Brunelleschi (1418), el Crystal Palace de Joseph Paxton (1851) , la ciudad de Brasilia por Lucio Costa (1957), el parque de la Villette de Bernard Tschumi (1982), la Biblioteca de Francia de Dominique Perrault (1989) ó la Terminal Marítima de Yokohama de F.O.A. (1994), entre muchos otros. A nivel nacional proyectos emblemáticos en lo que hacen al entorno urbano montevideano como el trazado de Avenidas por Augusto Guidini (1911), el Palacio Salvo de Mario Palanti (1922), el Hospital de Clínicas de Carlos Surraco (1928) como emblema quizás de infraestructuras sociales, llegando al último realizado en el 2015 que es la nueva sede para el nuevo hospital del Banco de Seguros del Estado que tuvo al colectivo Fabrica de Paisaje como ganador.
Los resultados de los concursos a lo largo de la historia han sido muchas veces experiencias arquitectónicas y urbanísticas que, lejos de ser homologadoras del estado del arte de su época, fueron hitos en cuanto a establecer nuevas reflexiones, nuevos paradigmas y en muchos casos introduciendo cambios radicales en el pensamiento arquitectónico y urbanístico.
El concurso, no sólo es un mecanismo utilizado por la arquitectura sino también por otras disciplinas, pero encuentra en nuestra profesión gran adhesión en cuanto herramienta fuertemente válida y vigente en la cultura del proyecto contemporáneo.
Los concursos se ubican muchas veces entre la práctica profesional y la teoría de la arquitectura, son un ámbito de discusión, reflexión, de nuevos desafíos -tecnológicos, funcionales, formales, legales- , de creación de nuevos escenarios teóricos, edilicios y urbanos.
A quien los promueve -el comitente- le proporciona respuestas en cuanto a la resoluciones espaciales-constructivas de sus necesidades y le posibilita tener una multiplicidad de propuestas proyectuales y seleccionar la más conveniente. Es por sí mismo todo un acontecimiento cultural.
Los comitentes podrán ser de la esfera privada así como de la esfera pública, y en algún caso promotores mixtos.
En Uruguay el concurso público es hasta el día de hoy el modelo más desarrollado en cuanto a la producción de instancias de concursos, en todas sus manifestaciones. Podríamos coincidir en que “Uruguay goza de una (supuesta) feliz asociación entre la idea de democracia y el modelo de concursos públicos como procedimiento de selección en diversos ámbitos y escalas de la esfera pública”.
(COBAS, Martín. Sociedad de Arquitectos del Uruguay. Número 268. 2012. Pag.21-28)
A lo largo de los últimos 100 años, período el cual podríamos llamar moderno de nuestro país, el concurso de arquitectura, y los proyectos resultantes de esas instancias, han sabido dar forma a la ciudad y al modelo de país que nuestra sociedad se propuso imaginar. Muchos de estos concursos fueron organizados para hacer obras, para intentar hacer obras o para no hacerlas. Concursos que han generado un patrimonio construido, pero también un inmenso patrimonio proyectado, pero fundamentalmente todos han posibilitado un lugar para la invención disciplinar. Aún aquellos destinados al fracaso instalan temas y promueven intercambios que normalmente exceden los suplementos profesionales para tomar la legítima expresión en notas de opinión y cartas de lectores.
Marco de trabajo
Dado que es un tema de por si vasto, hemos establecido un marco de restricción, determinado fundamentalmente por el material al cual podíamos acceder, pero sin que ello actúe en perjuicio de poder generar una biblioteca de ejemplos lo suficientemente representativa y lo más completa posible del tema elegido. El universo de estudio se restringe a los concursos patrocinados por S.A.U. (Sociedad de Arquitectos del Uruguay), que van desde 1914 (año de su fundación) hasta la actualidad. Este marco restrictivo, arroja casi 200 casos de estudio al 2017 (proyectos de arquitectura producto de la modalidad de concurso).